TDAH en perros: cuando la hiperactividad va más allá del juego

¿Sabías que los perros también pueden mostrar comportamientos similares al TDAH humano?

TDAH

9/23/20253 min read

¿Sabías que los perros también pueden mostrar comportamientos similares al TDAH humano?


Aunque solemos asociar este trastorno con personas, estudios recientes confirman que nuestros compañeros caninos también pueden presentar rasgos “ADHD-like”: dificultad para concentrarse, impulsividad y una energía inagotable.

¿Qué es el TDAH canino?

El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) en perros no es una moda ni una etiqueta exagerada.
Se trata de un perfil neuroconductual que afecta la regulación de la atención, el autocontrol y los niveles de actividad.
En otras palabras, no todos los perros activos tienen TDAH, pero algunos muestran síntomas más allá del entusiasmo normal.

Según investigaciones publicadas en la revista Animals (González-Martínez, Muñiz de Miguel y Diéguez, 2024), los perros con este perfil suelen presentar:

  • Hiperactividad constante: no logran relajarse, incluso después de mucho ejercicio.

  • Impulsividad: reaccionan sin medir consecuencias.

  • Déficit de atención: se distraen con facilidad y les cuesta mantener el foco en una tarea.

Estos comportamientos están relacionados con alteraciones en neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, las mismas sustancias implicadas en el TDAH humano.

Problemas de conducta asociados

Los perros con rasgos de TDAH suelen mostrar una serie de comportamientos que pueden resultar difíciles de gestionar en casa. No se trata de “mal comportamiento” ni de desobediencia, sino de una dificultad real para controlar sus impulsos y mantener la calma. Es habitual que estos perros muerdan muebles, ropa u objetos, especialmente cuando se sienten aburridos o frustrados. También pueden ladrar o gemir de forma excesiva ante cualquier estímulo, reaccionando de manera desproporcionada a sonidos, movimientos o presencias nuevas.

Además, tienden a tener poco autocontrol: saltan sobre las personas, tiran con fuerza de la correa o les cuesta mantener la atención durante el paseo o el entrenamiento. En algunos casos, esa impulsividad puede derivar en reacciones agresivas repentinas, sobre todo con otros perros o ante situaciones que les generan frustración. A todo esto se suma una mayor dificultad para aprender, no porque “no entiendan”, sino porque se distraen con facilidad y les cuesta mantener la concentración el tiempo suficiente para asimilar una orden.

En realidad, todos estos comportamientos son la manifestación visible del estrés interno que experimentan. Detrás de esa agitación constante hay un sistema nervioso que funciona de manera distinta y que necesita ayuda para regularse. Por eso, comprender su origen es el primer paso para mejorar su bienestar y favorecer una convivencia más tranquila y equilibrada.

Factores que influyen

El TDAH canino no depende únicamente de la genética. El entorno y la forma de manejo también juegan un papel clave. La falta de ejercicio físico y estimulación mental, el uso de castigos o normas incoherentes y los ambientes poco enriquecidos pueden agravar los síntomas. Además, algunas razas muy activas, como el Border Collie, el Pastor Alemán o el Jack Russell, tienen mayor predisposición a mostrar este tipo de comportamientos.

Qué puede hacer un tutor responsable

La buena noticia es que con un enfoque integral y paciente, se puede mejorar mucho. Desde CaninAmistad os dejamos algunas estrategias recomendadas:

  • Ejercicio físico estructurado: alternar paseos activos con ejercicios de olfato y calma.

  • Estimulación cognitiva diaria: juegos de búsqueda, rompecabezas o aprendizaje de trucos.

  • Rutinas claras y consistentes para reducir la impulsividad.

  • Entrenamiento positivo, centrado en la calma y el autocontrol.

  • }Supervisión veterinaria en casos severos, donde puede valorarse apoyo farmacológico.

Mini test para tutores

Puedes observar algunos signos desde casa:

  1. Prueba de atención: ¿cuánto tiempo mantiene el contacto visual contigo?

  2. Ejercicio de autocontrol: ¿puede esperar antes de lanzarse por el premio?

  3. Juego de búsqueda: ¿se distrae fácilmente o persevera hasta encontrarlo?

Si notas dificultades sostenidas en concentración, control y calma, es momento de consultar con un profesional en comportamiento canino.

Conclusión

El estudio de González-Martínez y colaboradores (2024) confirma que los perros pueden mostrar un cuadro similar al TDAH, y que este aumenta el riesgo de problemas de conducta si no se aborda adecuadamente.
Reconocerlo es el primer paso para mejorar su bienestar.


No se trata de un perro “malo” o “desobediente”, sino de un cerebro que necesita comprenderse y entrenarse de forma diferente.

En CaninAmistad trabajamos con un enfoque profesional, respetuoso y personalizado para cada perro. Si tu compañero muestra impulsividad, nerviosismo o dificultad para concentrarse, podemos ayudarte a entenderlo y acompañarlo mejor.

 Contacta con nosotros para una evaluación profesional.